Historia de la Asociación de Prensa de Cádiz

Orígenes

Primera Junta Directiva de la APC en 1909

Presidente
José Larrahondo y Sordo

Vicepresidentes
Juan Martín de Barbadillo
Antonio Milego
Ricardo Cano
Juan Noya

Vocales
Juan A. del Campo
Diego Gómez del Valle
Antonio Carrillo

Tesorero
Santiago Abascal

Secretario
Luis Pérez

Vicesecretario
Sebastián Rossety

Presidentes Honorarios
Federico Joly, director de ‘Diario de Cádiz’
Miguel Moya, presidente de la Asociación de la Prensa de Madrid

Evaristo  Cantero Álvarez

La Asociación de la Prensa de Cádiz es desde 1909 parte de la historia de la ciudad.

La Asociación, creada para dignificar la vida material y espiritual de aquellos periodistas apenas reconocidos socialmente, ha convivido desde entonces con los avatares de su entorno; quizá ello le haya permitido resucitar varias veces, pues propiamente se puede hablar de varias asociaciones de la prensa desde la citada fecha.

Quien mejor pudiera contar esta historia, si no fuera madera, laboriosamente trabajada, es el Mueble de Emilio Castelar, testigo de días de gloria, de no pocos pasos agónicos y de desapariciones.

Como si se tratase de un baúl viajero, de mano en mano por las estrechas calles de la ciudad, cuando la Asociación se quedaba sin sede y sin gente. No hablará por sí sólo este mueble, al menos como lo ha hecho la historiadora Fátima Salaverry Baro en su trabajo de investigación sobre la Historia de la Asociación de la Prensa de Cádiz, creada bajo el amparo legal que trajo la conquista de mayor libertad de expresión y asociación a finales del XIX. Los asociados pioneros tenían el objetivo de dignificar su profesión y contribuir a dignificar una sociedad social y económicamente subdesarrollada.

Desde el comienzo de la andadura se trataba de profesionalizar un oficio poco reconocido entonces, de preocuparse por formarse y de aprender de las sociedades más desarrolladas; paralelamente, de protegerse, con la creación de un montepío, de cobertura en asistencia sanitaria, y de ayudas frente a la jubilación o el desamparo en que la muerte dejaba a las familias.

Cuando desde aquella Asociación se promovieron iniciativas para tratar de acabar con el hambre de muchos vecinos por la carestía de los alimentos básicos, un problema al que se bautizó como el de las subsistencias.

O cuando también se preocupó en formar dentro de hábitos higiénicos, con sus medios de publicidad, a una gran parte de la población, trataba también de dignificar la sociedad de la que se alimentaban los periódicos.

Por la dignidad la Asociación también fue una de las grandes impulsoras del homenaje a la Constitución de 1812, con ocasión de su primer centenario. Como no es el Mueble de Emilio Castelar el que relata, sino la historiadora, apunta ésta en su investigación que durante la mayor parte de estos primeros años de la Asociación fueron numerosas sus angustias económicas, las que finalmente acabarían con este primer nacimiento, y con los posteriores.

Los recursos procedían de las cuotas de los asociados y de algunos esporádicos beneficios obtenidos con espectáculos cinematográficos, musicales o taurinos. Fátima Salaverry informa que la Asociación volverá a reaparecer en los años 1927, 1933 y, finalmente, en 1944, hasta el presente, etapa ésta última en la que los vientos económicos, con rachas de ligeras a moderadas, han ido llegando de popa.

Paralelamente a la vida española y gaditana en su dura marcha hacia una sociedad desarrollada y democrática, así es como ha respirado esta Asociación, que tuvo su Hoja del Lunes desde 1966 hasta 1982, y edita el Boletín Oficial de la Provincia desde finales de la pasada década de los sesenta. Su contribución actual más sonada a la vida cultural y social es el Premio Agustín Merello de la Comunicación, instituido en 1991.

En cuanto al mueble callado, basta decir que Federico Joly y Diéguez, que fue director de Diario de Cádiz y segundo presidente de la Asociación, admiraba a un gaditano ilustre, político democrático y republicano, Emilio Castelar, muerto en 1899.

Con la colaboración de Carlos Sáinz de Tejada reunió una importante colección de periódicos de todo el mundo que recogían el fallecimiento del político español. Esta colección requería de un depósito digno de su importancia, por lo que se encargó al artista Juan Rosado la fabricación de un mueble vitrina, el Mueble de Castelar, interesante legado histórico para la ciudad y testigo mudo de las trashumancias de la Asociación de la Prensa de Cádiz.

La Hoja del Lunes

La Asociación de la Prensa de Cádiz editó 837 números de la Hoja del Lunes, entre el 3 de enero de 1966 y el 26 de abril de 1982.

La historia de la prensa gaditana ha legado la presencia de un periódico que se editaba los lunes con el título de La Información del Lunes; título que adoptó el 1 de junio de 1942. Éste periódico, que desapareció al establecerse el monopolio de circulación de la Hoja del Lunes, tuvo su origen en La Correspondencia de Cádiz, fundado en 1875, que fuera asumido en la década de los veinte por El Noticiero Gaditano, y que en 1905 se titularía La Información.

La Hoja del Lunes se imprimió inicialmente en Escelicer, el mismo taller del desaparecido La Información del Lunes, hasta su desaparición como empresa. Desde ese momento, tras un breve periodo de suspensión, se imprimiría en la Imprenta Jiménez Mena.

Fueron directores de la Hoja del Lunes Francisco Moreno Ruiz y Evaristo Cantero, ‘Evaristógenes’.

A lo largo de la historia documentada de la Asociación, no ha sido la Hoja del Lunes el único periódico que ésta ha llegado a editar. Durante 1931 se publicó El Faro, que rezaba como órgano de la agrupación profesional de la prensa diaria.

La aspiración de editar un medio de comunicación, que ya azuzara a la primera junta directiva de 1909, ha sido una anhelada aspiración.Cuando desde aquella Asociación se promovieron iniciativas para tratar de acabar con el hambre de muchos vecinos por la carestía de los alimentos básicos, un problema al que se bautizó como el de las subsistencias; o cuando también se preocupó en formar dentro de hábitos higiénicos, con sus medios de publicidad, a una gran parte de la población, trataba también de dignificar la sociedad de la que se alimentaban los periódicos.

Por la dignidad la Asociación también fue una de las grandes impulsoras del homenaje a la Constitución de 1812, con ocasión de su primer centenario. Como no es el Mueble de Emilio Castelar el que relata, sino la historiadora, apunta ésta en su investigación que durante la mayor parte de estos primeros años de la Asociación fueron numerosas sus angustias económicas, las que finalmente acabarían con este primer nacimiento, y con los posteriores. Los recursos procedían de las cuotas de los asociados y de algunos esporádicos beneficios obtenidos con espectáculos cinematográficos, musicales o taurinos. Fátima Salaverry informa que la Asociación volverá a reaparecer en los años 1927, 1933 y, finalmente, en 1944, hasta el presente, etapa ésta última en la que los vientos económicos, con rachas de ligeras a moderadas, han ido llegando de popa.

Boletín Oficial de la Provincia

La Asociación de la Prensa de Cádiz tiene la concesión de la edición del Boletín Oficial de la Provincia desde el 23 de febrero de 1969. Éste órgano oficial de información de la Diputación se edita en la provincia de Cádiz desde el 1 de junio de 1833. La Asociación se hizo cargo de la publicación tras la desaparición de los Talleres Gráficos Escelicer, adaptando su edición durante más de cuatro décadas a las nuevas necesidades. Actualmente el BOP se puede también consultar a través de Internet.